Sesión a cargo de la Universidad Nacional del Este – Paraguay.
El actual contexto de globalización, apertura económica y comercial, el bienestar de los individuos, organizaciones y naciones se basa cada vez más en la creación, diseminación y uso del conocimiento (Conceição, 1999, citado por el Consorcio RED PILA). En igual sentido el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del Paraguay (CONACYT) señala: “Los países más avanzados destinan enormes recursos y esfuerzos para apoyar la investigación y el desarrollo experimental, y estimular la innovación, como fuente de generación de avances en materia de salud, biotecnología, agricultura, nuevos materiales, nanotecnologías, nuevas tecnologías de la información, productos, servicios, educación y en general todos aquellos avances que contribuyan al bienestar social” (CONACYT, 2011, p. 23)
El contexto encuentra a la universidad como agente fundamental del proceso de desarrollo tecnológico e innovación, habida cuenta la misión de la academia: formación, investigación y extensión. Además de las universidades, el sistema de ciencia, tecnología e innovación encuentra al sector empresarial como agente fundamental.
Las palabras de Torres Citraro (2012) ofrecen un panorama sobre el comportamiento de las empresas en esta nueva economía y la necesidad de que las empresas participen en procesos de investigación. (…) “De esta manera la competencia se intensificó, es decir, las empresas tenían que invertir más en I+D para mantener el ritmo de la innovación, para ofrecer un producto o servicio de calidad y a un precio competitivo. Esto significó un cambio en las estructuras de las empresas, que poco a poco tanto el sector de la manufactura como el de servicios comenzaron a implementar, teniendo como banderas la innovación y la productividad, cuidando al extremo el recurso humano, generador y portador de conocimiento”. (Torres Citraro, 2012, p. 4) Diessle (2010) por su parte sostiene que las empresas necesitan acceder al conocimiento producido en las universidades y centros de investigación, lo cual justificaría la importancia creciente que adquiere el tema de la vinculación entre la ciencia y la empresa. El abordaje planteado se enmarca dentro del objetivo de desarrollo sostenible N° 8 “promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”, y el N° 9 “construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación”, habida cuenta, que conforme lo expuesto, la generación de conocimiento, la vinculación de la academia con el sector socio productivo, el fortalecimiento del sistema de innovación promueve el desarrollo de individuos, instituciones y naciones.
